Caballero de la Legión de Honor de Francia, es el chileno que más gente connotada de vuelo internacional ha entrevistado. Aquí confiesa cómo se las arregla para lograrlo, habla de sus andanzas por nuestra región, de la mujer chilena, de su amistad con Roberto Matta y un largo etcétera
Entrevista de
Jorge Abasolo Aravena
Ponga atención a esta nómina de personalidades relevantes: Edward Kennedy, Richard Nixon, Yasser Arafat, Vittorio Gassman, Charlton Heston, Pelé, Ingemar Johanson, Carolina de Mónaco, Fidel Castro, Georges Simenon, Claudia Schiffer, Morris West…¡a qué seguir!
Por cierto, una nómina envidiable. Todos ellos forman solo parte de los entrevistados de André Jouffé, periodista y escritor de rutilante trayectoria, quien se desempeñara hasta el año 1997 como Agregado de Prensa de la Embajada de Chile en Francia.
Agudo, de estilo ágil y punzante, la pluma de Jouffé destila amenidad. Habla cuatro idiomas, “aunque no todos al mismo tiempo”, señala con el humor que le asalta a borbotones en medio de la conevrsación.
Lo conozco hace años y me atrevo a definirlo como culturalmente entretenido. Y eso lo puede corroborar cualquiera que conozca a este singular periodista y oiga de sus propios labios algunas de las peripecias y estrategias que ha urdido para entrevistar al jet set internacional.
Genéticamente curioso y culto por antonomasia, cuando Jouffé se junta con Jodoroswsky cualquier cosa puede pasar. Como por ejemplo, aquella vez en París en que descendiendo por la escalera automática de la estación de Rennes, el psico-mago le confesó a André:
-¿Sabes…? Fíjate que yo puedo verle la suerte a la gente por las huellas del culo. Basta con que te sientes en una fotocopiadora a poto pelado. El papel te muestra la edad, el pasado y el futuro del individuo. No te rías. Te prometo que es así.
Jouffé ya conoce más de cincuenta países, ha entrevistado a cerca de ochenta jefes de estado y de gobierno; a altos dignatarios y la lista se ensancha si agregamos el campo artístico, cultural y deportivo.
Todo esto es el producto de sus innumerables desplazamientos –2 millones de kilómetros recorridos en viajes aéreos- que no le han mermado en nada su condición de viajero impenitente, siempre con la grabadora y la maleta listas.
A fin de cuentas ha estado con gente como Jane Fonda, Roman Polansky, Gabriel García Márquez, Francois Mitterand, Rudolf Nureyev, Peter O’Toole, Henry Moore, Jacques Chirac, Briggite Bardot, Rommy Schneider y Alberto Sordi, entre otros.
Ha navegado por el ameno reporteo deportivo, el subyugante periodismo erótico y el proceloso mundo político.
Hiperkinético, ciclotímico y buen amigo de sus amigos, siente la compulsiva necesidad de escribir y editar cada cierto tiempo.
Y le va bien.
He llegado a pensar que Jouffé es una argamasa de timidez, caballerosidad y audacia que maneja conforme se presenten las circunstancias.
UN DEFECTO MUY CHILENO
-Habiendo entrevistado a tanta personalidad notable en diversos ámbitos y dada la competencia en la actividad, ¿consideras la envidia como el sentimiento más intelectualizado del ser humano?
-Mira, siendo un hombre tremendamente celoso en lo que dice relación con las mujeres, no tengo nada de envidia en lo profesional. Acepto las etapas de la vida como una cosa lógica y natural. Cuando era más joven viajaba mucho y desarrollaba un periodismo más agresivo, como cuando iba a cubrir la Guerra del Líbano o las guerrillas salvadoreñas, en fin…nunca lo hice para competir con alguien o lucirme haciendo lo que otros no podían hacer. Lo hice siempre como un trabajo más, bello y temerario, pero como un trabajo que se asume con responsabilidad.
Jamás he sabido lo que es la envidia.
-Una máxima norteamericana dice que toda relación periodista-personaje tiene una dosis de falsedad, ya que ambos ocultan sus verdaderos propósitos:vender una imagen por parte del entrevistado y encontrar las grietas de ese mensaje, por parte del periodista.
Tiene algo de apocalíptica esta sentencia, pero…¿qué opinas de ella?
-Esa máxima que acabas de citar corresponde a un hecho absolutamente cierto. Para ello les voy a dar un ejemplo de alguien muy conocido en Chile.
En una ocasión me fui de pelambre…a medio filo, con el ex suegro de la Tati Penna. Los dos estábamos medio cocidos y la pelamos a más no poder. Ocurre que le llegó este pelambre a ella, razón por la cual la Tati no me habló durante varios años. Pero después nos hicimos amigos y ella se hizo muy amiga de mi mujer. En un momento dado yo entrevisté a la Tati para la revista “Cosas” y la dejé como una princesa. Ello, a raíz de un compast-disc de tangos que ella lanzó. Un mes después ella me dice que desea entrevistarme. Al saber esto, mi mujer me dijo:
-La Tati es amiga nuestra, pero una mujer no perdona los pelambres del pasado. Ten cuidado con la entrevista.
Quiso el destino que ese día yo llegara bastante frágil a darle la entrevista a la Tati Pena, en “El Divertimento”, famoso restorán del Cerro San Cristóbal. La entrevista fue ¡si-nies-tra!
Es decir, la Tati Penna esperó quince largos años para vengarse de mí.
De manera que en el axioma que tu citas hay mucho de verdad.
O sea, tarde o temprano te las cobran.
Debo reconocer que durante la entrevista ella fue muy simpática. Pero una vez que la leí, casi me voy de espaldas.
Y eso me causó mucho daño profesional.
SUS ANDADURAS POR LA REGION
-¿Algún recuerdo especial de Lebu?
-Claro. En febrero de este año asistí al “Festival de las Cavernas Benavides”, en recuerdo de aquel general con cuya carne los mapuches hicieron anticuchos. Es impresionante hacer cine en medio de una caverna. Hay un restaurante cerquita, donde atiende una morena guapísima. Apenas la miré me dijo: -Usted sabe comprender a las mujeres con problemas.
Ni siquiera le volví a hablar, porque quizás en qué rollo me meto…y todo por decirle un propito.
En Lebu tenían campo los familiares de mi primera mujer, Tatiana Vega. Ella vuelve con mis hijos treinta años después y se le ocurre montar a caballo. La bestia se encabritó y Tatiana terminó en el Hospital de Lebu. Afortunadamente, sólo con machucones. Fue un retorno extraño. El asado de celebración donde se juntaron todos los Vega de la zona, duró como dos días. Claro que los otros se limitaron a comer y tomar;y no a emprenderlas con la equitación.
-También conoces Cañete…
-Por supuesto. Cañete es propiedad de don Clímaco Hermosilla Silva, un hombre que domina la historia y el francés. Generador de las “garciadas”, en enero de cada año reúne música antigua, historiadores como Retamal, Villalobos, Cartes Montory y el tema tiene harto vuelo. Me llevó al valle de Paicaví para que me metiera a una cueva que sirvió de guarida de machi; y antes de punto de huida de los españoles. Como no bajo ni al Chiflón del Diablo en Lota –aunque les miento a mis hijos y les digo que sí lo hago- menos me metí en la Cueva Legendaria, donde encontraron metalurgia mapuche.
-Sé también que estuviste en Lota…
-En Lota fui al mercado y parece que me hice el lindo con la persona que atendía. En menos de lo que canta un gallo estaba sentada a la mesa y me contaba su vida. Yo le dije que le pegaba algo a la sicología, con lo cual la embarré más todavía, ya que la señora no me soltó en toda la tarde. Me contó su vida y la de todo el pueblo.
Estando en Lota, Sergio Carmona me invitó a su programa de TV “Desde el Bar”. Tarea nada fácil hacer TV en regiones. Jaime Vásquez es un hombre que se esmera en sacar adelante su canal. Digno de encomio. Del programa puedo decir que nunca había sido entrevistado rodeado de tantas botellas y mujeres bonitas. Ni para envidiar a “Acoso Textual”.
UNA FONDA COQUETA
Hacia 1979 la campaña contra el gobierno chileno recién empezaba a declinar en el extranjero y pocos artistas concedían entrevistas a gente que proviniera de este rincón de Sudamérica. Inspirado o avalado en aquel apotegma que dice que el fin justifica los medios, Jouffé sacó viejas credenciales de una publicación alemana y germanizó su inglés para abordar a la actriz Jane Fonda.
-Se dijo de esa entrevista que la Jane Fonda había coqueteado contigo, pero tu te inhibiste…
-Y debo admitir que así fue. El hecho es que súbitamente estaba sentado al frente de este símbolo del cine, segunda generación de su familia en la pantalla, mujer controvertida, activista política, ex feminista, estrella de Hollywood y el mundo, ex esposa de Vadim, ex símbolo erótico. En resumidas cuentas, se trataba de un bello monstruo.
Ella lucía jeans ajustados, blusa azul, aros. Mientras la regaba con preguntas de rigor, Jane miraba y miraba el cielo del café. Sonreía como publicitando un dentífrico y la frivolidad de su comportamiento se contraponía abiertamente con sus respuestas frías y certeras.
-¿Y cuál fue tu reacción?
-Esta actitud me tenía perplejo, complicado, nervioso. Era como tratar con un salmón mojado al que no se agarra, sino con tenazas. Pero en ese momento debí alegrarme por mi situación, porque lo que sobrevino fue peor. Ella cambió de objetivo, clavó las pupilas en las mías, sin pestañear. Luego comenzó a abrochar y desabrochar un botón de la blusa. Mis preguntas continuaban serias y sus respuestas…más serias todavía. Me estaba tomando el pelo. Tan abrumadora era la superioridad que comencé a desarmarme de veras. La actriz advirtió que había llevado su juego muy lejos. Más seriecita, dijo: -”O.K., está bien, ahora te dejaré tranquilo”. Yo le pregunté si me estaba embromando y ella respondió serenamente:
-“Sí. No es lindo jugar con la gente, pero tú estás consiguiendo un golpe con tu entrevista y yo, por lo menos, tengo derecho a entretenerme. No te preocupes, no te haré sufrir más”, agregó.
La verdad es que pocas veces me ha sucedido algo así…pero me pasó.
¡Y nada menos que con la Jane Fonda!
Que me perdonen tus lectores…(Sonríe)
UN GENIO LLAMADO MATTA…
-Tu fuiste testigo del sentido del humor de Roberto Matta. ¿Lo puedes explicitar en pocas palabras?
-A ver…recuerdo una vez que el auto de la Embajada de Chile en Francia conducía a Roberto Matta a casa de Jorge Edwards. Al igual que en Santiago, los tacos eran infernales debido esta vez a la huelga general que paralizó a Francia en diciembre de 1998. En el auto viajaba también la esposa del entonces presidente Frei Ruiz-Tagle, Martita Larraechea…que se veía muy cansada y aprovechaba la ocasión para dormitar un poco. Si lo que voy a contar la Martita lo escuchó o no…no lo puedo asegurar. El hecho es que Matta divisa un ciclista, que como muchos en Francia, se ponen un faro luminoso donde la espalda pierde su nombre, para que no los atropellen de noche. Al verlo, Matta exclamó:
-¡Miren, un gallo con una luz en el culo!
Recuerdo que el propio Matta fue el primero en reírse y celebrar la salida…
LAS CHILENAS
Con tanto viaje a cuestas y habiendo asimilado la idiosincracia de muchos países, no pude resistir a la tentación de preguntarle a Jouffé acerca de nosotros los chilenos. Y más precisamente acerca de la mujer chilena.
-De acuerdo a tu experiencia, ¿crees que la mujer chilena es liberal?
-Más bien creo que es suelta.
-¿Suelta? ¿Cómo así?
-Claro. Si los hombres tiran tanto en Chile es porque hay un montón de mujeres disponibles y están al alcance de la mano.
Lo que pasa es que son hipócritas. Tú les dices un piropo en la calle y se ponen coloradas como tomate, porque son clandestinamente sueltas.