CUANDO UN AMIGO SE VA Escribe Mario Grandón Castro La noticia del fallecimiento del profesor Farid Hernando Inzunza Quezada, ocurrido en Los Álamos, provincia de Arauco, ha causado hondo pesar no solo en su familia y entorno cercano, sino también en la comunidad educativa y social de Collipulli, donde dejó una huella   imborrable y en esto,  hago mía aquella frase del cantautor argentino Alberto Cortes, cuando un amigo se va, “Queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo,,,,cuando un amigo se va, una estrella se ha perdido… Eso es lo que sentimos quienes compartimos con él varias facetas  de nuestro andar.  

Hombre de carácter afable, a veces duro,  y espíritu comprometido, Farid Inzunza dedicó gran parte de su vida al servicio de la educación, desempeñándose en la Unidad Técnico Pedagógica del Departamento de Educación Municipal de Collipulli, hasta hace poco más de un año, cuando debió retirarse aquejado por una cruel enfermedad.  

Su quehacer docente no fue solo una labor profesional, sino también un acto permanente de entrega hacia niños, jóvenes y colegas, a quienes orientó con paciencia y vocación. 

Pero su vida no se limitó a las aulas. En Collipulli fue también un activo participante en la vida comunitaria, aportando desde diferentes espacios sociales y culturales, Club de Leones, Club de Caza y Pesca Los Cuervos y Logia Masónica 201 Malleco de Collipulli;  siempre con una disposición generosa y un compromiso que trascendía lo estrictamente laboral. Su presencia era reconocida en actividades ciudadanas y en la construcción de una comunidad más unida y solidaria. 

Hoy, su partida enluta a quienes compartieron y compartimos alguna vez,  con él,  el camino de la educación y la vida social. Sin embargo, más allá del dolor, queda el recuerdo de un hombre íntegro, un maestro en el más amplio sentido de la palabra, que supo sembrar respeto, cariño y enseñanza en cada paso. 

En nombre de Collipulli y de todos quienes lo conocieron, vaya este homenaje póstumo al profesor Farid Inzunza Quezada: un educador comprometido, un ciudadano ejemplar y, sobre todo, una persona que supo dejar huellas firmes 

en el corazón de una comunidad que hoy lo despide con gratitud y admiración. 

Esta  tierra colorada que lo vio crecer como hombre íntegro, no lo acogerá, será su tierra natal Los Alamos, en la Provincia de Arauco, hasta donde  había partido por voluntad propia, la que lo recibirá en su seno….Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío…Adiós amigo, que la tierra te sea ligera.-

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