El primer debate televisivo de las candidaturas a Presidente de la República dejó la impresión de que en nuestro país no existen problemáticas ni desafíos ambientales o ecológicos.
En Chile todos los años fallecen miles de personas por efectos asociados a la contaminación y enfermedades asociadas a la calidad de vida y el paisaje. A lo largo del territorio abundan los conflictos ambientales que incluyen la desaparición de defensores ambientales, la escasez de ciclovías, la crisis hídrica y la propiedad de las aguas.
Chile, uno de los países más vulnerables al cambio climático, pretende aumentar la superficie de plantaciones de monocultivos forestales en 1 millón de hectáreas; o sea, 1 millón de hectáreas menos para el hábitat de especies silvestres nativas, además del efecto que esto tendrá sobre el régimen hídrico de las cuencas afectadas.
Chile, territorio en donde se permite el cultivo de especies exóticas con alto uso de antibióticos al interior de áreas protegidas; Chile, donde se sacrificarán ecosistemas frágiles y únicos para financiar la transición energética del hemisferio norte.
El aumento del costo de vida de las y los chilenos está totalmente ligado a la pérdida y sobreexplotación de los recursos naturales y energéticos, y al conflicto de la propiedad de las aguas. No podemos continuar pagando las externalidades ambientales del negocio de solo algunos.
Sin embargo, todo lo anterior no fue tema en el debate presidencial.
Gonzalo Medina Vogel PhD
Instituto One Health
U. Andrés Bello